Cuando te
nombro… La risa caprichosa
que nace
entre los
labios desnudos del viento
levanta
la falda
que cubre
las rodillas de la tarde
y un
susurro de uñas cortadas
besa
suavemente el vuelo de gaviotas
que cada
noche duerme alrededor de tu ombligo
Un aleteo
de pestañas rotas inunda la vagina
del sueño
y un
laberinto de caricias empapadas de sudor
se
derrama
por las
blancas paredes que sujetan
entre
suspiros los capiteles de tu inocencia.
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