Dormido
en el sueño mágico de una madrugada
casi
eterna,
el eco
sin voz de tu ausencia se refleja hoy…
En los
espejos
que
adornan el brillo de tus ojos verdes
y en
los cristales sin color
que
cubren las mejillas de la mesita de noche.
En las
corbatas
sin
manchas de carmín en los nudos
y en
las camisas blancas
que
sueltas de las ataduras de los botones
duermen
tiradas
en un rincón del olvido, añorando
las
caricias de tus manos.
En el
maquillaje derramado sobre el tocador
y en
mis labios fríos
donde
una sonrisa tuya, duerme abrazada
a los
recuerdos imborrables de una tarde de amor
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