Con todo el peso de tu ausencia
colgado
de los dedos de la soledad…
Cada tarde despeinada de otoño
me siento
entre las piernas rotas
de la esperanza
y me imagino una escalera
de caracol
donde cada peldaño
es un nuevo reto a superar.
Una nueva prueba para conseguir
que vuelvas
de nuevo a mi lado, como vuelven
las golondrinas
al calor de sus nidos abandonados…