Como
un alma en pena, el cuerpo desnudo
de
mi soledad
arrastra
el dolor d mis pecados
entre
paredes cubiertas de musgos y arcos
confusos
y difuminados en los recuerdos
de
otros tiempos, donde la luz cegaba mis ojos.
Hoy
casi llegando al ocaso de mi vida
despojado
de
la venda que cubre los ojos inocentes
del
amor no vivido
levanto
la vista y contemplo con cierto alivio,
que
nunca hice daño a nadie
y
que todo lo hice totalmente comprometido
con
las normas
y
cumpliendo con los estatutos
por
los que se rigen las asambleas del amor.
He amado a muchas mujeres a lo
largo
de mi vida…
Desde
niño aprendí a amarlas.
Y
prometo con los pies bañados en los versos
de
un triste poema
caminar
siempre con la promesa firme
de
no herir nunca un corazón enamorado
porque
el amor mas grande de mi vida... eres tú.