Hoy, mi querida amiga, necesito más que nunca
que me des tu mano
para caminar juntos por las
orillas del sueño…
Necesito que me des tu mano para
caminar juntos
por el camino
que nos libere de los prejuicios
de humo
que invaden
con su estrategia de pensamiento
único
la vida cotidiana
de esta sociedad que cada amanecer
se ahoga
en las aguas turbulentas de un
rio de soledades.
Necesito que me des tu mano, para
saltarnos en rojo
todos los semáforos,
que regulan con su gesto insolente
y restrictivo
la moral impuesta (a través de
sublimes mensajes)
por los invasores de las
conciencias colectivas,
que lo único que pretenden
es seguir dominando a los demás,
por los siglos de los siglos.
Hoy, mi querida amiga, necesito
más que nunca
que me des tus besos… Y tus caricias.