Derramando amargos reproches
por las heridas
que provoca el dolor
de tu ausencia
sobre las paredes de mi corazón…
Los fantasmas etéreos de la soledad
cubiertos
con un cierto halo de pasión
y
rebeldía
invaden cada noche mis deseos
de amarte
y ocultan entre las sábanas blancas
de mis deseos
el caudal de tiernas caricias
que se perdieron
entre los labios insolentes de tu orgullo
y la eterna
inmadurez de mis sentimientos...