Como la
lluvia casi eterna
que los
días tristes
de
otoño
derrama
sus lágrimas
de
plata
sobre
la alfombra de moho
que
cubre la mágica
inclinación
de los viejos tejados...
El
brillo
casi
apagado de tu mirada
desnuda
la
tibia ironía de un viejo
almanaque
y atado
a los cabellos grises
de los
recuerdos
contra
el rostro del tiempo tiró el reloj.
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