Casi
perdido y sin rumbo fijo…
He
navegado
sin
descanso por los siete ríos
de lágrimas
que nacen en mis ojos
y desembocan
en el inmenso mar de tu indiferencia,
buscando
en el
vientre oscuro de los miles
de
universos
que
conforman la mágica existencia
del
cosmos,
aquel
en el que cada madrugada
mueras
de amor,
abandonada
entre las caricias
y los
besos
que
brotan de mis labios,
como
brotaron
las
galaxias cuando se produjo el big bang.
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